Es realmente una locura que la NBA permita que sus mejores talentos arriesguen sus carreras jugando en otra liga y para diferentes entrenadores, pero a veces la tradición codifica la locura. Tal vez, la última lesión horripilante hará que la liga lo reconsidere.
¿Cómo puede un deporte que mueve miles de millones permitir que sus estrellas más brillantes caigan en una zona nebulosa donde no está asegurada la atención médica de mayor categoría? ¿Cómo puede una empresa tan poderosa tirarle las riendas a un montón de programas que tienen pocos incentivos para ayudar a la NBA y todos los incentivos para ganar ya mismo, incluso si el jugador sufre a largo plazo? En la jerga de Mark Cuban, es el epítome de la estupidez que la NBA permita ser utilizada para que otras empresas ganen cientos de millones, sino miles de millones.
Estoy hablando del básquetbol de la NCAA, por supuesto. En este momento, un buen número de propietarios y ejecutivos está obsesionado con la FIBA, con algunos considerando a la lesión repugnante de ver que sufrió Paul George en un partido de práctica del Team USA como un "cambio de juego", o al menos una validación de las preocupaciones de larga data. Hay un rechazo al hecho de que un evento sobre el que los equipos de la NBA no tienen control puede alterar la trayectoria de una franquicia entera. El anteriormente citado, Cuban, ha twitteado enfáticamente en contra de un sistema en el que no se les paga a los jugadores ni a la NBA y todo el dinero fluye hacia una opacada burocracia de los deportes.
La cosa es que ese arreglo describe a la perfección el básquetbol de la NCAA -- pero sin la opinión de los ejecutivos de la NBA sobre cómo debe hacerse algo. ¿Cómo puede esta lesión tan importante en la historia del juego internacional de los Estados Unidos demostrar que es un gran riesgo mientras las muchas lesiones del juego universitario no se utilizan como una acusación contra ese sistema en particular?
Los equipos de la NBA no están, técnicamente, vinculados económicamente a los jugadores de la universidad como los Indiana Pacers están relacionados con George, pero las lesiones a nivel de la NCAA pueden ser iguales de devastadoras para las franquicias profesionales. Digamos que tienes la primera selección en un año en el que el prospecto top (por ejemplo, Nerlens Noel) se destroza la rodilla. Hay pocos (y a veces no existen) muchachos de franquicia en un draft, y ahora estás incurriendo en el riesgo de seleccionar a un talento lesionado o de quedarte con un talento más dudoso (digamos, la mayoría de los jugadores seleccionados antes de Noel). Los Pacers probablemente no podrán contar con los servicios de George durante una temporada completa. Dejar pasar un primer pick en el draft podría acosar a un equipo durante una década.
Las lesiones en la universidad tampoco son sólo una amenaza específicas para los equipos y los propietarios de la NBA. Además del impacto negativo, obviamente, en el jugador lesionado, son una amenaza económica para los jugadores en general. La asociación de jugadores puede perder una increíble cantidad de los ingresos relacionados con el básquetbol (BRI) si el próximo LeBron James sufre una lesión que descarrile su carrera.
Y, sin embargo, hay poca preocupación por la forma en que la NBA puede verse perjudicada por el préstamo de su talento a un juego con reglas diferentes, árbitros a tiempo parcial y una supervisión médica que a veces no es la mejor. A pesar de que las estrellas más famosas de la NBA (James, Kobe Bryant) alcanzaron ese escalón sin ayuda del básquetbol universitario, hay una noción omnipresente que sugiere que el juego de la universidad es un componente necesario del juego profesional, que se trata de una relación mutuamente beneficiosa. El ex comisionado, David Stern, incluso fue tan lejos al punto de ayudar al juego de la universidad con un límite de edad que mantiene a los talentos generacionales dando batalla contra equipos como los de Alcorn State. El comisionado actual, Adam Silver, no está satisfecho con este arreglo y ha establecido como una de sus prioridades modificar el límite de edad para elevarlo.
A la NBA le encanta apoyar al básquetbol universitario, y no se enfrentará a la oposición de los propietarios y ejecutivos de la manera que lo hace por apoyar estos paseos de la FIBA durante un mes. Sí, un mes, a diferencia del sistema de la universidad que es una temporada en sí misma, una que en realidad corre paralelamente a la temporada de la NBA.
A menudo se dice que la NCAA es "el granero gratuito" de la NBA, ¿pero qué tipo de granero gratuito compite económicamente con el deporte al que alimenta? El costo de "gratuito" es una postemporada que es más popular que la tuya y que se lleva a cabo justo en el medio de tu temporada. El fútbol americano universitario le muestra respeto al producto de la NFL al jugarse los sábados, dejando el domingo para los profesionales. El básquetbol universitario tiene un calendario de "Cuando nos plazca, y que la NBA se arregle". De hecho, la NBA evita llevar a cabo sus partidos durante el torneo de campeonato del básquetbol universitario.
Cuando dejas de lado las cálidas asociaciones con March Madness y los entrenadores cascarrabias de chaleco, pareciera que la NBA simplemente le regala talento preciado a un competidor ingrato. Es un competidor que tampoco ha demostrado ser capaz de desarrollar talento para la NBA. Cuanto más tiempo un jugador se pasa en la universidad, menosprobabilidades tiene de prosperar como profesional.
Dados los enumerados dolores de cabeza que la NBA obtiene a cambio de ayudar al básquetbol universitario, es increíble que haya resistencia en la liga contra los jugadores que ayudan a la FIBA en su tiempo libre. Seguro, la NBA no puede obtener beneficios económicos de la competencia internacional en su totalidad. Pero tampoco puede monetizar el juego universitario. Seguro, existe el riesgo de que las estrellas de la NBA se lesionen en las competiciones de la FIBA. También existe el riesgo de que grandes selecciones del draft se lastimen jugando a nivel nacional para las universidades. Al menos los pocos torneos de la FIBA ayudan a promocionar en todo el mundo el producto de la NBA. El básquetbol universitario básicamente sirve de anuncio para ver más básquetbol universitario de programación regular.
Entonces, ¿por qué la NBA está en paz con el básquetbol universitario e inquieta con la FIBA? Podría tener algo que ver con la cantidad de personas en la organización de la NBA que son aficionadas al básquetbol universitario. El típico fan de la NCAA rechaza a los fans más viejos y ricos de la NBA, quienes de hecho coinciden más con la demografía de aquellos que dirigen la NBA. Hay muchas asociaciones nostálgicas positivas con el juego universitario entre los agentes de poder del básquetbol profesional. La Copa Mundial de la FIBA simplemente no tiene ese tipo de fuerza emocional. El juego universitario es familiar, juguetonamente tribal. La FIBA es literalmente extranjera. Tal vez esa sea la razón por la cual una organización inspira cariño y la otra evoca miedo.
Por Ethan Sherwood Strauss
ESPNDeportes.com
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