LOS ÁNGELES -- Cuando Kobe Bryant alza la voz, Julius Randle y Jordan Clarkson abren los ojos con una entereza de inocencia definida. Se les dilatan las pupilas de atención y sus oídos recogen todo lo que sale de la boca del que hasta hace poco fue su ídolo. El ámbito de lo profesional obligó a que les cambiara la perspectiva y la estrella se acercó al mundo terrenal.
Ahora le escuchan de cerca, no desde el televisor, toman nota de sus preceptos en sus mentes, y actúan. Lo mismo sucede cuando Byron Scott les corrige y alienta.
Los dos novatos de Los Ángeles Lakers saben que su primera temporada en el equipo es una prueba de fuego para comprobar hasta qué punto están preparados para ganarse la vida en la NBA. También son plenamente conscientes de que las dos mejores épocas de la franquicia residen en la experiencia de Kobe y Scott y quieren sacar partido de la situación. Tienen atributos de sobra y poco a poco los están poniendo en liza.
Si alguien que no conociera la plantilla lagunera vio el partido entre el equipo angelino y Denver Nuggets el lunes, nunca hubiera imaginado que Randle y Clarkson eran primerizos. Por hechura, descaro y solvencia; por efectividad, cadencia y solidez. El elegido en séptimo lugar del draft anotó 10 puntos y siete rebotes, mientras que el escogido por Washington Wizards en el puesto 46 (traspasado a Lakers por cash), se erigió como el máximo anotador de la cita con 14 puntos, también se hizo con cinco rebotes.
"Creo que los dos jugadores más jóvenes, Clarkson y Randle lo hicieron extremadamente bien. No van a tener más remedio que contribuir ahora. Tienen que asumir el reto y pueden contribuir desde ya". Palabra de Kobe.
SIN TIEMPO QUE PERDER
No hay tiempo que perder y los veinteañeros han de ponerse el mono de trabajo, algo que llevan haciendo todo el verano. Clarkson fue el mejor jugador de los Lakers durante la liga de verano y Randle está dándole la razón a aquellos que opinaron que merecía haber salido elegido antes en el draft. Todavía es pronto y aún les quedan muchos juegos por delante, sin embargo, comenzaron con buen pie esta pretemporada y el propio Kobe les ha bendecido. Aún tienen mucho que aprender y un margen enorme de mejora y crecimiento.
"Le dije una cosa a Randle, que tiene que aprender a jugar más duro durante más tiempo. Creo que en sus arrancadas estuvo fantástico en ambos lados de la cancha, pero tiene que hacerlo de manera consistente todo el tiempo", afirmó un Scott muy activo con su pupilo.
El jugador no se cortó un pelo en la victoria ante los Nuggets e incluso dejó una perla con la clavada espectacular ante el jugador de Denver, Jusurf Nurkic, que arrancó los aplausos a los asistentes. Las sensaciones fueron muy positivas tras el encuentro pero aún hay que pulir varios aspectos.
"Lo más importante ahora es que tiene que estar en mejor forma. Está bien pero necesita estar mejor. Cuando no se está en buenísima forma, uno se siente cansado y pierde la concentración. Es así de simple. Es cuestión de estar en una forma estupenda", afirmó el coach de los Lakers.
Durante las prácticas, Randle es uno de los jugadores que más está sufriendo el fuerte ritmo físico que está imponiendo Scott. El propio Kobe reconoció que nunca antes había participado en unos entrenamientos tan intensos y donde se pusiera tanto énfasis en el estado de forma.
Gajes del oficio. Primeros síntomas de que la cosa va en serio. Ni Randle ni Clarkson tienen un segundo que perder en unos Lakers de capa caída. Se trata de una gran oportunidad para aprender de las tablas que acumulan Kobe y Scott y para dejar un buen sabor de boca en su primer año como profesionales.
Por Gonzalo Aguirregomezcorta
ESPNDeportesLosAngeles.com
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