LOS ÁNGELES -- La derrota de Oklahoma City Thunder ante Los Ángeles Clippers cayó como un jarro de agua fría a los jugadores y cuerpo técnico del equipo. Se trató de un mazazo severo que dejó al plantel boquiabierto, primero, y contrariado, después.
Nadie en el vestuario comprendió cómo en poco más de nueve minutos de juego dejaron escapar 16 puntos de ventaja en el Staples Center; menos aún qué sucedió para que la defensa visitante se desinflara de tal manera en el tramo final de la cita.
Kevin Durant fue el que peor tomó el traspié que coloca la serie empatada a dos para forzar otro encuentro en Los Ángeles. Ya en el vestuario, Durant no escondió su frustración y se retiró a la ducha gritando todo tipo de improperios. Se sintió culpable, asumió su parte de responsabilidad y se castigó por no haber podido salvar a su equipo de la quema.
El flamante ganador del premio al Jugador Más Valioso de la NBA no se pudo contener y, tras golpear levemente su frente contra la pared ante un grupo de periodistas, se retiró para que el agua calmara su malestar en la soledad.
Pero fue difícil. Posteriormente, en la rueda de prensa, estuvo reacio a hablar sobre qué cambió para que sus opciones a canasta no fueran las mismas en el último cuarto con respecto a los tres anteriores.
"Nada", contestó con la cabeza gacha.
Pero la periodista insistió y le preguntó qué hicieron los Clippers para contenerle.
"No hicieron nada. Fue nuestra defensa, ofensivamente estuvimos bien", apuntó esquivo antes de entrar en calor y soltarse un poco.
"Todas las derrotas son duras de digerir. Tenemos que darle la vuelta rápido a esto. No podemos estar tan arriba en las victorias ni tan abajo en las derrotas. Debemos comprobar qué hicimos mal y mejorarlo en el Juego 5".
Ni él ni Russell Westbrook pudieron ejercer de salvadores a pesar de los 40 puntos y siete rebotes de Durant y las 27 unidades y ocho asistencias del armador. Y es que, a pesar de las ocho pérdidas de balón del JMV, la capacidad ofensiva del Thunder estuvo a la altura. Sin embargo, ni él ni su compañero pudieron darle la vuelta a la tortilla en los últimos seis minutos de juego, cuando ambos monopolizaron la batuta atacante. Es ahí cuando entra en escena uno de los jugadores más de destacados de la serie, Serge Ibaka (ocho puntos, cinco rebotes y cuatro bloqueos el domingo).
MONOPOLIO DURANT-WESTBROOK
El congoleño nacionalizado español expresó tras el Juego 3 un sentimiento del que se pueden sacar muchas conclusiones. Según Ibaka, a Oklahoma le viene bien cuando sus dos estrellas juegan "inteligentemente", es decir, cuando la toma de decisiones canaliza su juego de forma colectiva o individual, dependiendo de la situación. ¿Significa esto que hubo menos inteligencia de sus compañeros en el Juego 4?
"Nos hemos relajado un poco en defensa en el último cuarto. En ataque también y ellos aprovecharon. Esta noche olvidamos cómo ganamos el tercer partido", afirmó.
Hubo cierto individualismo (o falta de confianza en sus compañeros) en Durant y Westbrook justo en el momento en que los Clippers se aventuraron a ir por un partido que se les puso en contra desde el primer cuarto, cuando permitieron que Oklahoma alcanzara una ventaja de 22 puntos.
Los seis minutos finales fueron el monólogo de los dos pilares del Thunder cuando el equipo atacaba. Quién sabe si el haber habilitado a otros compañeros hubiera dado más opciones cuando de las siete últimas posesiones, solo tres acabaron con puntos de por medio.
SERIE ABIERTA
Ya en el vestuario, todavía en caliente, el uno buscaba con la mirada al otro y viceversa. Pero éstas no se encontraban a pesar de que sus taquillas son contiguas. El encuentro dejó varias conversaciones pendientes antes de que el Thunder defienda su cancha el próximo martes.
"Fue una derrota difícil, pero es una serie. No es que ya hayamos caído eliminados, vamos 2-2. Regresaremos a casa y sacaremos esto adelante", afirmó un Westbrook que llegó a tener la mirada perdida en el vestuario durante varios minutos y que vivió en primera persona la manera en la que un Darren Collison encendido resquebrajó la defensa de su equipo en los últimos compases.
"Es un gran jugador e hizo una buena labor para su unidad. Tuvo un buen partido hoy", destacó.
El jugador de los Clippers anotó 10 de sus 18 puntos cuando restaban tres minutos para el final de la cita y fue un factor clave para que los angelinos se marcharan con la victoria en el bolsillo. Hasta el último periodo, no estaba siendo el partido más brillante del Thunder, pero al menos estaban sabiendo contener a sus rivales. Fue en el último cuarto cuando todo cambió. Los Clippers anotaron 38 puntos (14/22 y 13/16 en los últimos nueve minutos) y vencieron a sus complejos y despropósitos para levantar la cita.
Cansancio, descuido de Oklahoma o simplemente uno de esos días, pero lo cierto es que el Thunder perdió una oportunidad de oro para haber decidido la serie en su feudo el próximo martes. Lo sabe Durant, lo sabe Westbrook y lo saben todos, incluido un Doc Rivers que fue categórico justo al finalizar la cita.
"Quiero una cerveza", afirmó mientras se sentaba ante los medios.
No era para menos después de que su equipo salvó los muebles de una forma tan sorpresiva.
Por Gonzalo Aguirregomezcorta
ESPN.com
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